Se va caminando todo el paseo del muro pasando por todas las escaleras y teniendo un paisaje urbano que incluye la vista del mar, la arena y la gente que pasea. Es raro no encontrar gente en esta zona. Incluso hay gente que se baña todos los dias del año haga el tiempo climatologico que haga. Caminado esto llegamos a la zona del "tostaderu". Lugar que se encuentra en la desembocadura del río Piles y que al estar abrigado de los vientos, la gente aprobecha para tomar el sol casi todo el año.
Poco mas arriba llegamos a el lugar donde se encuentra la Madre del emigrante o "Lloca del Riconin". Lo cierto es que no es muy agraciada la pobre mujer pero que seria Gijón sin esta escultura que tantos años lleva mirando al mar.
Continuamos caminando y pronto llegamos a la parte de abajo del camping. Desde aqui podemos tener una vision general del litoral urbano de Gijón asi como una vista a lo lejos de nuestro puerto mercante de El Musel.
En esta ubicacion nos encontramos con otra escultura con una forma un tanto extraña. Unos dicen que es un nudo, otros que son dos personas abrazandose, la verdad es que las dos versiones tienen su logica.
A partir de aqui el pavimento cambia y pasa de ser baldosa a hormigon con piedra incrustada. Es como decir que hasta aqui llega la ciudad y a partir de aqui es la zona rural.
Tiempo despues llegamos a la bajada de la playa de Peñarubia. Esta zona es un poco retorcida pero tiene su encanto. Tambien tiene zona de camino y atajos con escaleras. Todo un detalle en el caso de que estemos un poco limitados de fuerzas.
Lo cierto es que el paisaje con un dia soleado es muy bonito y la ruta es agradable de seguir.
Andando y andando llegamos al parque del Cabo San Lorenzo. Todo va bien hasta llegar aqui. Resulta que el camino esta marcado hasta llegar aqui. Nos escontramos que el pavimento cambia de nuevo y que hay dos caminos a seguir. Pues lo cierto es que los dos caminos sirven para llegar al otro lado del parque pero te hacen dar mucha vuelta. Lo mejor es hacer lo que la mayoria de los senderistas que vi cuando yo pase. Cortar por lo sano y cuando tengas duda ir campo a traves. Esto solo sirve cuando el terreno este seco y para gente con un grado de agilidad normal.
Dentro del parque hay un monton de esculturas y un mirador con forma de barco desde el cual puedes ver toda la costa. Una de las esculturas por las que mas cerca pasas al seguir esta senda es la de la foto superior. Que os sirva de referencia a la hora de atajar.
Despues de atravesar el parque volvemos a tener un camino de piedra y hormigon. Parecido al de baldosas amarillas de "El mago de Oz".
Tras rodear un grupo de casa que hay el los lindes de parque tal mente parece que se acaba el camino pero os percatareis de que hay una señal que nos dice por donde tenemos que seguir.
Al torcer en este punto nos encontramos con una cuesta que nos hace pensa en que esto nos esta pensado para gente que tenga problemas en las pierna. Menuda cuesta!!!!!. Tras subirla todo se ve de otra manera. Parece que el resto va a ser facil. Solo nos quedan 3km para llegar a la playa de la Ñora.
Cada poco tiempo hay lugares como este el los que hay mesas donde parar a descansar y comer o lo que se quiera. Incluso en el case de este tiene caballos pastando en el prau de al lado.
A partir de aqui empezamos a bajar hacia las playas de la zona este. El camino se vuelve mas sombrio debido a que hay arboles a los lados lo que hace que la zona este mas humeda y un poco resvaladiza.
No todo en la llegada a las playas es bajada, sino que se alternan las bajadas y subidas, mucho mejor a la hora de dar la vuelta. Al final de la Senda se empieza a ver el mar de nuevo rompiendo contra la arena.
"Ya se ve la playa de la Ñora", gritaba un chabal al llegar a este punto. Lo cierto es que no solo él se alegraba de verla. Esto queria decir que habiamos caminado los mas de 10Km. que tiene esta Senda.
Por ultimo he de decir que a lo largo de todo el recorrido hay señales como estas que nos indican el punto kilométrico de la senda en el que nos encontramos. Esto es muy util a la hora de reservar fuerzas.
