Ya estoy en Dubai. Lo cierto es que a la llegada impresiona la cantidad de gente de diferentes razas que te puedes encontrar. Cada una vestida con su traje tipico. Llegas a una puerta y te tienes que recorrer unos largos pasillos para poder llegar a la zona de control de pasaportes. Una larga caminata pero siempre puedes alquilar el transporte que lo hacen en vehículos eléctricos de golf. Casi siempre ocupados por gente trajeada que supongo tenga prisa. El control de pasaportes es una gran sala donde hay personas dirigiéndote hacia zonas donde haya menos cola y unos funcionarios que revisan que los papeles están bien. Es bastante exótico el hecho de que estén vestidos con el traje tradicional (ellos de blanco con un pañuelo también blanco en la cabeza y sandalias y ellas enteras de negro con pañuelo en la cabeza). Tras este tramite pasa a las cintas donde se recogen las maletas que es igual que en el resto del mundo (la mía siempre sale de las ultimas).
Salimos de recoger las maletas y nos acercamos al mostrador de alquiler de coches. Allí nos dicen que tenemos que esperar a que nos vengan a buscar y nos van preparando los papeles del seguro y demás. Poco después viene un señor y nos acompaña a un monovolumen y nos acerca hasta un barrio cercano donde tienen aparcados los coches y vamos de calle en calle buscando el nuestro. Un poco raro para mí, ya que siempre que alquile coche estaba cerca de la puerta, debe ser por el volumen de coches de alquiler que tiene.
Ya tenemos coche y somos libres de ir a donde queramos. Arrancamos el coche y vemos que es automático con lo que más fácil de conducir aunque tiene un montón de posiciones de palanca que no había visto en los coches automáticos europeos. Tras un breve repaso de las instrucciones del coche tenemos claro como se maneja y nos dirigimos a Dubai marina, el lugar donde tenemos el hotel.
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